Lean el cuento con atención para poder resolver las actividades que siguen.
Recuerden que todo lo que se manda se tiene que copiar y hacer en la carpeta, menos el cuento.
Les comento que en la actividad 1. a) no salen los dibujitos. Dibújenlos ustedes, tiene que haber un elefante, un león, un leopardo, un lobo, un rinoceronte y un sapo. Así van a poder realizar la actividad.
EL
GUERRERO
TERRIBLE
Había
una
vez
una
liebre
que
vivía
en
una
linda
cuevita.
Una
tarde,
al
volver
de
un
paseo,
vio
una
larga
línea
brillosa
que
se
estiraba
por
el
suelo:
desde
el
camino
hasta
la
puerta
de
su
cueva;
desde
la
puerta
de
su
cueva
hacia
adentro
de
su
casa.
Y
la
liebre
tuvo
miedo
de
entrar.
—¡Toc!
¡Toc!
—golpeó
entonces—.
¿Quién
está
en
mi
cuevita?
—¡Aquí
estoy
yo,
un
guerrero
terrible!
—gritó
una
voz
ronca,
desde
adentro—.
¡Cuidado
conmigo!
¡Vete
a
otra
parte,
liebre!
La
liebre,
temblando
de
miedo,
se
alejó.
¡Cómo
lloraba!
—¿Qué
puedo
hacer,
yo
sólita,
para
echar
a
ese
terrible
guerrero
que
se
instaló
en
mi
casa?
¡Pero
el
"terrible
guerrero"
no
era
otra
cosa
que
la
oruguita
traviesa,
que
siempre
estaba
haciendo
bromas!
¡Se
había
metido
en
la
cueva
cuando
la
liebre
estaba
de
paseo!
Como
la
liebre
no
lo
sabía,
fue
a
pedirle
ayuda
al
lobo.
—Amigo
lobo,
¿me
harías
un
gran
favor?
—¿Cuál?
—Ven
a
mi
casa
y
saca
de
allí
a
un
terrible
guerrero.
Enseguida,
los
dos
se
dirigieron
a
la
cueva.
—¿Quién
está
en
la
casa
de
la
liebre?
—preguntó
el
lobo
en
cuanto
llegaron.
La
oruga,
siguiendo
con
su
broma,
contestó
con
voz
aún
más
ronca:
—¡Soy
un
guerrero
terrible,
hijo
del
Gran
Tragalobos!
¡Nadie
tiene
más
fuerza
que
yo!
¡Puedo
aplastar
cien
lobos
a
la
vez
y
luego
bailar
sobre
el
cuerpo
del
elefante!
Al
oír
esta
respuesta,
el
lobo
salió
disparando.
La
liebre
fue
entonces
en
busca
del
leopardo
y
le
pidió
ayuda.
Cuando el leopardo llegó frente a la cueva, gritó:
Cuando el leopardo llegó frente a la cueva, gritó:
—¿Quién
ocupa
la
casa
de
la
liebre?
—¡Yo,
el
guerrero
terrible,
hijo
de
la
Gran
Tragaleopardos!
¡Atrévete
a
entrar,-si
eres
valiente!
Al
oír
esta
respuesta,
el
leopardo
se
fue
caminando
despacito,
para
no
hacer
ver
que
tenía
miedo,
¡pero
la
verdad
es
que
temblaba
como
la
liebre!
La
liebre
fue
entonces
a
buscar
al
rinoceronte.
Le
contó
lo
que
les
había
pasado
al
lobo
y
al
leopardo
y
le
pidió
que
echara
al
terrible
guerrero
que
se
había
metido
en
su
casa.
Cuando
el
rinoceronte
llegó
frente
a
la
cueva,
preguntó:
—¿Quién
es
el
que
vive
en
la
casa
de
mi
amiga?
—¡Soy
un
guerrero
terrible
¿Por
qué
no
te
acercas
más,
rinoceronte?
¡Puedo
aplastarte
a
ti
y
a
diez
más
iguales,
y
luego
bailar
sobre
el
cuerpo
del
elefante!
Al
oír
esta
respuesta,
el
rinoceronte
empezó
a
caminar
hacia
atrás
mientras le decía a la liebre:
mientras le decía a la liebre:
—No
me
siento
bien...
Mañana
vuelvo...
—¡Pero
lo
cierto
es
que
temblaba
como
ella! '
—¡Pobre
de
mí!
—pensó
la
liebre—.
¿Será
posible
que
ninguno
de
esos
grandotes
se
atreva
a
enfrentar
al
terrible
guerrero?
Y
entonces
fue
a
buscar
al
elefante.
Después
de
andar
varias
horas,
encontró
al
enorme
animal.
—¡Un
guerrero
terrible
se
metió
en
mi
casa,
elefante!
Ya
fueron
lobo,
el
leopardo
y
el
rinoceronte
para
sacarlo
de
allí,
pero
ninguno
pudo.
Dice
que
puede
bailar
sobre
tu
cuerpo;
qué
tonto,
¿no?
(
que
es
más
fuerte
que
tú!
¿Me
harías
el
favor
de
echarlo
de
mi
cueva?
El
elefante
miró
a
la
liebre
haciéndose
el
importante
y
le
contestó:
—No
tengo
tiempo,
querida,
¿por
qué
no
te
buscas
otra
cueva?
Y,
dicho
esto,
el
gran
animal
se
alejó
apurado,
como
si
realmente
tuviera
muchas
cosas
que
hacer.
¡Pero
la
verdad
es
que
tenía
tanto
miedo
como
la
liebre!
La
liebre
se
puso
muy
triste
y
echó
a
andar
de
vuelta
a
su
casa.
Ya
era
casi
de
noche
cuando,
al
atravesar
un
charco,
un
sapito
le
preguntó:
—¿Por
qué
estás
tan
triste?
—¡Si
supieras...!
¡Un
terrible
guerrero
ha
ocupado
mi
casita.
Dice
que
es
hijo
del
Gran
Tragalobos
y
de
la
Gran
Tragaleopardos
y
asegura
que
puede
aplastar
lobos
y
rinocerontes
y
que
después
es
capaz
de
bailar
sobre
el
cuerpo
del
elefante!
Ya
le
pedí
ayuda
al
lobo,
al
leopardo,
al
rinoceronte
y
al
elefante,
pero
ninguno
se
animó
a
echarlo.
—Yo
sí
—le
dijo
el
sapito—.
Llévame
hasta
tu
casa.
Cuando
estuvieron
frente
a
la
cueva,
el
sapito
gritó
con
voz
muy
alta
y
ronca:
—¿Quién
está
ahí
adentro?
—Estoy
yo...
un
gue-rre-ro
te-te-rrible,
hi-hijo
de-de...
—y
la
oruguita
empezó
a
tartamudear.
—¡Sí,
ya
sé
que
eres
el
hijo
del
Gran
Tragalobos
y
de
la
Gran
Traga-leopardos
y
que
puedes
aplastar
lobos
y
rinocerontes
y
bailar
después
sobre
el
cuerpo
del
elefante!
Pero
quiero
que
salgas
a
la
luz
de
la
luna!
¡Yo
también
soy
valiente
como
tú
y
los
valientes
deben
estar
frente
a
frente!
¡De
modo
que...
afuera!
La
oruga
se
asustó
mucho
al
oír
esa
voz,
y
pensó
que
la
liebre
había
conseguido
la
ayuda
de
algún
animal
más
grandote
aún
que
el
elefante.
Entonces
dijo:
—No
tengo
ga-ganas
de-de
sa-salir
ahora.
Estoy
de-descansando...
—y
como
tenía
miedo,
su
vocecita
le
salió
tan
dulce
y
finita
como
era.
El
sapo
se
dio
cuenta
de
que
era
la
oruga
y,
saltando,
se
metió
en
la
cueva.
La
oruga
se
escondió
en
el
rincón
más
oscuro
y
le
dijo
temblando
como
una
hoja:
—¡Hola,
sapito!
No
te
enojes
conmigo.
Quise
hacerles
una
broma
a
todos
esos
animales
grandotes
que
se
creen
tan
fuertes
y
astutos.
¡Tú
eres
el
más
valiente!
El
sapo
se
divirtió
mucho
con
la
broma
de
la
oruga.
Al
fin
y
al
cabo,
él
era
apenas
un
poco
más
grande
que
ella...
Cuando
la
liebre
vio
quién
era
el
terrible
guerrero
que
había
espantado
al
lobo,
al
leopardo,
al
rinoceronte
y
al
elefante,
se
echó
a
reír
a
carcajadas
y
pronto
olvidó
los
malos
ratos
que
había
pasado.
Al
día
siguiente,
les
contó
esta
historia
a
todos
los
animales
chiquitos
que
vivían
en
la
pradera,
y
todos
festejaron
—con
ella
y
el
sapito—
la
broma
de
la
oruguita
traviesa.
Cuento
folklórico
africano.
Traducción
de
la
versión
inglesa
y
adaptación
de
Elsa
Bornemann.
- a) Poné a prueba tu memoria. Enumerá el orden en el que aparecen los animales en el cuento. ¡Cuidado! Hay un intruso.
b) Escribí dos
características que, en el cuento, tengan en común todos los
animales de la actividad anterior.
__________________________
y ________________________
- ¿Con qué logra vencer la oruga a quienes van a enfrentarla? Encerrá en un círculo la cualidad que te parezca más adecuada y explicá por qué la elegiste.
Fuerza valentía
astucia
La
elegí
porque
____________________________________________________________.
- ¿Cuál de las cualidades anteriores es la más adecuada para caracterizar al sapo? ¿Por qué?
- Buscá en el cuento 4 sustantivos comunes y 4 verbos (acciones) y copialas.
¿Qué es un cuento
tradicional?
Los cuentos
tradicionales son relatos que fueron transmitidos de boca en boca a
lo largo de los años, por eso se dice que vienen de la tradición
oral. Son anónimos, porque no es posible identificar quién es el
autor.
Con el paso del tiempo,
y gracias a la transmisión oral, estas narraciones sufrieron
cambios; así aparecieron diferentes versiones. Pero, aunque varíen
algunos elementos, como personajes o diálogos, la historia principal
siempre es la misma.
¿Cúales son sus
características?
Los
hechos
que
se
cuentan
suelen
ocurrir
en
un
lugar
y
un
tiempo
que
no
se
precisan
(Érase
una
vez,
en
un
bosque...).
Algunos
de
estos
cuentos
incluyen
personajes
extraordinarios
(ogros,
dragones,
gigantes,
etc.);
en
otros
(como
el
que
leíste),
los
personajes
son
animales
que
se
comportan
como
si
fueran
seres
humanos.
Como
en
toda
narración,
en
los
cuentos
tradicionales
surge
un
conflicto
o
problema
que
los
personajes
deben
enfrentar.
Por
ejemplo,
lograr
que
“el
guerrero
terrible”
abandone
la
casa
de
la
liebre.
El
conflicto
hace
que
los
personajes
tengan
que
actuar
para
resolverlo.
La
resolución
cuenta
cómo
termina
la
historia,
es
decir,
cómo
se
resuelve
el
conflicto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario